Las Salas Cuna de la Ciudad pusieron fin a las clases con entrega de carpetas, regalos e incluso reconocimiento a cada pequeño alumno, que con fuerza de campeones sobrellevaron las nuevas condiciones.
Muchos pensábamos que todo iba a pasar al poco tiempo y sin darnos cuenta, en un parpadeo pasamos de marzo a diciembre. Y la ausencia en las aulas se hizo sentir a nivel general, pero la tecnología ayudó mucho en la educación y a no perder el contacto.
Este año fue muy particular, las Salas Cunas permanecieron cerradas, sólo se abrieron algunos días, mes por mes, para entregar insumos como: leche, pañales, módulos de alimentos, revistas didácticas y materiales para que los niños trabajaran en sus casas como: temperas, hojas blancas y papeles de colores, entre otras.
-“A todos nos costó adaptarnos a un nuevo modo de comunicación y trabajo, la virtualidad nos llevó de la mano y junto a las familias logramos que el vínculo familia- sala no se cortara”-aseguró María Tula, Coordinadora de Salas Cuna Niño Jesús y Madre Teresa de Calcuta.
Junto a las seños de las salas, transitaron varios caminos, buscando siempre poder llegar a las familias, compartiendo tareas y propuestas como juegos, actividades recreativas y recetas saludables. Las efemérides y fechas importantes siempre estuvieron presentes y de alguna forma se festejaron todas las fechas patrias.
Para los niños fue bastante complicado, no sólo quedaron aislados del mundo externo, sino que tuvieron que alejarse, en muchos casos, de los abuelos, de los primos y tíos, etcétera. Los aislamos del mundo real, introduciéndolos sin pensarlo en el mundo digital, al mal llamado chupete electrónico.
-“Será tarea de los próximos meses retomar algo tan importante como es el contacto con la naturaleza y con sus pares para que ellos logren redescubrir y gozar de juegos grupales, tomando como propio la solidaridad y la empatía que en la primera infancia es tan importante desarrollar”- sostiene Tula.
Más allá de toda la situación a la que la pandemia nos expuso, en las salas cerraron el año con muchas cosas buenas. Las maestras se mostraron muy emocionadas al momento de armar las carpetas con las manualidades hechas por los niños, al ver los trabajos realizados con tanto amor, que a pesar de los pocos recursos con los que contaban se esmeraron y cumplieron.
Algunas familias pasaron momentos muy complicados, teniendo que sufrir los síntomas del virus, haciendo más difícil el aislamiento.
-“Realizamos el cierre del año con la entrega de carpetas, regalos y reconocimientos para nuestros niños, que son al cabo nuestros héroes por haber soportado este año tan pesado”-agrega María Tula.
Para la coordinadora, no fue un año perdido, solo muy diferente a lo que estamos acostumbrados. Teniendo la certeza que después de este 2020 habrá nuevos retos por enfrentar principalmente a comienzo de año con la adaptación. Los nuevos procesos de aprendizaje serán un desafío no sólo para las seños que están a cargo de las Salas Cuna, sino para todo el personal que las integra.
El 2021 será un nuevo año por descubrir, las expectativas son muchas, los proyectos institucionales son grandes y amplios, siempre pensando en coadyuvar a las familias que son parte de nuestras salas.
Por el momento no hay fecha cierta o específica para el comienzo de clases, aunque desde el sector conservan la esperanza de abrir las puertas del jardín los primeros meses del 2021, pero todo dependerá de cómo esté la situación epidemiológica en la sociedad en general.